Con los ojos
cerrados o abiertos forman parte de nuestra vida y de nuestras proyecciones.
Cuantas
veces no queremos despertar de ese sueño que tanto bien nos está haciendo al
soñar…queremos seguir perteneciendo a ese mundo y postergamos el momento de
contacto con la realidad…un poquito más…y somos consientes de lo bien que no
está haciendo estar en ese momento ahí, en ese mundo irreal, de ilusión…pero
que importa…me hace bien pertenecer ahí, me siento bien estando ahí.
Los otros
sueños…esos que fabricamos con los ojos abiertos perdidos en algún lugar de la
realidad mientras nos esforzamos a soñar…esos sueños que nos dan la energía y
alimentan la ilusión.
Esos sueños
que volcamos en papel o los tenemos ocultos dentro nuestro, en secreto, escondidos
y no compartimos con nadie.
Hay tantos
sueños y sin embargo hay tantas personas que dejaron de soñar, de creer que se
pueden realizar. Todo lo que quieras lo
podemos conseguir…tenemos que aprender a luchar a ser perseverante a buscar con
todas nuestras fuerzas esos sueños. Tenemos que cumplirlos.
No hay sueños
locos, hay locos que sueñan y cumplen sus sueños, hay otros que quedaron en el
umbral de la posibilidad de concretarse y fueron abandonados por la rutina
diaria, por los compromisos o por el mismo falso poder que la vida te da en un
momento de la madurez.
Por eso me
parece tan sagrada la niñez. Las cosas se ven se piensan con tanta simplicidad.
Se fabrican tantos sueños, abarcando todas las categorías de las posibilidades:
algunos son mas osados, mas desafiantes, algunos se proyectan en décadas… tanta
pureza en la infancia, tanta transparencia.
Que seria la
vida sin sueños…que es de tu vida sin esos sueños…
Me doy
cuenta que si las cosas quedan en la mente sólo crean y alimentan el mundo
irreal…
Llevar los
sueños en el terreno de lo real, ese es nuestro desafío:
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